Historia de la colección
Primera pieza de la colección del Museo Larco. ML013572
Rafael Larco Hoyle inicia el proceso de formación de las colecciones del museo a partir de una primera pieza que le regaló su padre (Rafael Larco Herrera) en 1923, un vaso retrato Mochica de gran calidad artística y detalle, en el que se representa a un personaje de élite con tocado de cabezas de aves y orejeras.
Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera, Chiclín.
Posteriormente, en 1925, Rafael Larco Hoyle adquiere la colección de vasos y otras piezas arqueológicas de Alfredo Hoyle; la colección del Dr. Mejía, de la hacienda Pampas de Ventura; y, colecciones procedentes de los valles de Chicama, Moche, Virú y Santa.
Rafael Larco Herrera (1872-1956).
El 28 de julio de 1926, en el aniversario de la independencia del Perú, Rafael Larco Hoyle funda el Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera (nombre original del Museo Larco) en la Hacienda Chiclín. Eligió el nombre con el anhelo de honrar a su progenitor, ya que “deseaba levantar un monumento en vida a mi padre, a quien tanto admiraba como ejemplo de elevado espíritu patriótico y por su amor hacia nuestro pasado.” (Museo, 1964).
Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera, Chiclín.
En 1933, en Trujillo, se dio la adquisición de la colección Carranza, compuesta por más de 3,000 piezas. En el mismo año, el museo se enriqueció notablemente con la adquisición de la famosa colección Roa de la hacienda Santa Clara, a orillas del rio Santa, compuesta por más de 8,000 piezas de cerámica, tejidos y objetos de metal.
Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera, Chiclín.
Rafael Larco realizó cientos de viajes por todo el Perú, adquiriendo colecciones. En Arequipa, Cuzco y Puno, logró adquirir colecciones Puquina, Inca y estilos del Altiplano del Titicaca. En Huancayo, Pukara y Ayacucho adquirió piezas de cerámica correspondientes a esos lugares. Los viajes a Ica, Nazca y Palpa permitieron dar comienzo a la formación de las colecciones de la costa sur, que más adelante se incrementaron con diversas colección de este sector. También se recibió la donación de 60 vasos de la Sra. María Larco de Dogni, y se adquirió parte de la colección de Enrique Jacobs.
Rafael Larco Hoyle en el campo.
Entre 1933 y 1941 Rafael Larco Hoyle llevó a cabo excavaciones arqueológicas que buscaban resolver algunos vacíos y problemas que encontró al estudiar las colecciones. Producto de sus descubrimientos arqueológicos e investigaciones, Rafael Larco tuvo una gran producción editorial e incrementó la colección del museo, dejando un legado de aproximadamente 45,000 piezas.
Rafael Larco Hoyle (1901-1966).
En la década del 50, Rafael Larco decide radicar en Lima y trasladar el museo a la capital. “Así podría ser visto y admirado por gente de todos los países, y su material arqueológico podría estar a la mano de los hombres de ciencia y estudio de todo el mundo”. (Museo, 1964).
Inauguración del museo en Lima.
Rafael Larco compró en Lima el inmueble de los señores Luna Cartland, casona del año 1700, y lo modificó con rejas, puertas, columnas, vigas y ménsulas que pudo recuperar de la casa señorial de los marqueses de Herrera y Villahermosa de Trujillo.
Aproximadamente 50 años después de su traslado a Lima, el museo atravesó un proceso de renovación con miras a ofrecer una experiencia integral e inolvidable para cada uno de sus visitantes. Desde entonces se presenta como el nuevo Museo Larco, con la visión de convertirse en la puerta de entrada al antiguo Perú.
